domingo, 13 de septiembre de 2015

HABLEMOS DE BEISBOL: BERNABÉ LÓPEZ.

Hablemos de Béisbol



En aquellos años de los fabulosos Tigres del cuadro del millón, yo era un aficionado de los Tigres; básicamente porque allí estaban varios peloteros de los Cañeros: José Peña, Sóstenes Verdugo, Manuel Ponce, Gregorio Luque, Eloy Gutiérrez, Víctor Orozco, Domingo Hernández y alguno más que se me escapa, y estaba Horacio Solano, mochitense que aquí jugaba para Hermosillo, un gran lanzador sin duda.

Y esporádicamente asistía a los juegos y se sentaba en las butacas junto al dogout del Tigres, su dueño Alejo Peralta Díaz-Ceballos, quien gustaba de manejar el equipo al estilo grandes ligas, a larga distancia.

Así, el coach de tercera que entonces se estilaba fuera el manager, volteaba hacia donde estaba Alejo y este le daba la señal correspondiente que el manager ordenaba al bateador y en su caso a los corredores embasados.

Cuando alguna jugada mandada por Alejo salía mal, los fanáticos que sabían que él estaba manejando, le gritaban: ¡cómo eres pendejo Alejo!; y el dueño de los Tigres se paraba y encaraba a los aficionados y les hacía señas mentándoles la madre y todo el tiempo riéndose. Así se divertía Alejo, era su relax.

En otras ocasiones se uniformaba y estaba en el dogout, y la gente lo sabía y en cualquier mala jugada que sucediera o la estancia de más de un pitcher en el montículo era motivo para que la gente gritara: ¡Como eres pendejo Alejo!

Aquí en la Mexicana del Pacifico algunos peloteros de los Tomateros de hace algunas temporadas me comentaron que el éxito del Paquín era dejar que el Chino Ley maneje el equipo. Juan Manuel corrió al Huevito Álvarez porque no dejo que el Chino manejara a los Tomateros en el momento en que el jarocho era el manager.

En México equipos como el Tigres los pagan las empresas de los dueños, dando donativos deducibles para efecto del I.S.R. y comprando boletos para repartir entre el personal obrero y algunos funcionarios.

Así que cuando ocurren cosas como la que le sucedió a Francisco Peguero, los dueños apasionados hacen su aparición con decisiones demasiado drásticas; Don Alejo corrió a Memo Garibay cuando éste era el mejor manager de México, quien rápidamente fue contratado por Petroleros de Poza Rica, en los principios de los 60s. Luego corrió al Chito García y puso a Ricardo Garza, pero, en ese tiempo tenía mucha cuerda Alejo, y Ricardo no lo aguantó mucho.

Carlos Peralta no es Alejo; este es un tipo preparado en las mejores escuelas, hombre de un poder social y económico grandísimo, compadre de Peña Nieto, para empezar, y evidentemente relacionado con los principales empresarios de México y otros países, para él, que es apasionado aficionado al beisbol y a sus Tigres desde que era un niño, un error tan infantil como el cometido por Peguero no debe ser, toda vez que es un pelotero profesional y muy bien pagado; por ello, esa drástica decisión; y alégale al umpire.

Los peloteros en México saben que si los dueños de los equipos deciden que no haya más Liga Mexicana y todo eso se acabe, se acaba; ellos quedarían sin su trabajo, y por eso, tienen que aguantar, pero, hay peloteros extranjeros, principalmente los dominicanos, que saben que pueden irse a otros países a jugar y en México juegan a como les da la gana, ejemplo: Sandy Madera, que a pesar de que demostró que es un gran bateador, juega a cómo anda de humor y en cuanto le da la gana “se lastima”; la temporada pasada los Cañeros lo despacharon a su casa antes del 24 de diciembre porque seguramente los directivos no lo soportaron y dijeron que se iba a un try out a Japón para no alborotar al aficionado.

Seguramente Peralta con lo que hizo quiso poner un escarmiento para que sus peloteros “agarren la onda”, por eso lo ordenó y todavía más, lo divulgó. Que se sepa que él es el dueño del equipo y que no está de acuerdo que uno de sus subordinados pierda la concentración en su chamba.

Peguero ya está en dominicana feliz de la vida, después de haber cobrado su sueldo completo conforme al contrato.

ES muy fácil criticar un detalle como éste, pero, hay que verlo también desde el ángulo del dueño; hoy los Tigres están peleando por el título de campeón del circuito y para la empresa representó juegos extras, dinero adicional que ingresa para resarcir al club en caso de pérdidas o para acrecentar las utilidades en caso de que las hubiere.
Eso es lo que piensa un empresario, para eso arriesga su dinero, para eso paga sueldos estratosféricos a los extranjeros que vienen como refuerzos, y que uno de esos nos haga perder un juego ya ganado y con ello perder posibles ingresos extraordinarios, yo lo corro, como hizo Carlos Peralta; y que los periodistas enamorados de los peloteros me critiquen.

El béisbol profesional antes que espectáculo, es un negocio en donde los inversionistas arriesgan su dinero para generar empleos: a peloteros, ampáyeres, comerciantes, empresarios y prestadores de servicios, periodistas, radio y TV, en fin podría seguir citando muchos ejemplos, pero, son los peloteros y los ampáyeres quienes dan el espectáculo por el que el aficionado paga y genera dividendos a los inversionistas, ellos por lo tanto deben extremar sus cuidados para que el espectáculo se dé honestamente y del gusto del aficionado, que, estoy seguro, que los seguidores del Tigres no quedaron nada contentos con el error de Peguero, por más inocente que haya sido; es decir, dejando a un lado la duda de que si lo hizo deliberadamente.

¿Qué harías si un empleado tuyo se pelea con tu mejor cliente? Ese es un error. Un error que te hará perder dinero.

Peguero con su error pudo evitar que hoy estuvieran los Tigres jugando por el campeonato de la liga y el equipo hubiera dejado de percibir los ingresos que le generará esta serie.



Y no olvidemos que Carlos Peralta Quintero es un empresario que ha sabido guiar a las empresas del grupo IUSA que en este 2015 cumple 76 años de vida, que se dice fácil, pero, lo difícil es mantenerlas vivas a más de tres lustros del deceso de Don Alejo Peralta, a Carlos no les gusta perder y para ganar hay que saber tomar decisiones con la cabeza, no con el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario